miércoles, 24 de octubre de 2007

Por fin.

Como pueden ver, ya pude subir las imágenes. Resulta que tenían que estar en formato JPEG y yo ni en cuenta. Pero ya está resuelto: con ustedes Lisa Marie y una de las mujeres cuasi-mitológicas de Lisa Yuskavage. No sean malos, platiquen con ellas un rato; si no están, déjenles un mensaje.

La semana de letras ha sido un alivio para mi ánimo pasivo-receptivo de los últimos días. Desde que me prometieron un trabajo fijo para el próximo semestre (como editora web de una revista para el Instituto de Investigaciones Sociales), ya nada parece importarme. Dudo que me estanque en mi estado apático actual. De hecho, ni siquiera yo lo entiendo. Me siento como un montoncito de pólvora guardado en una caja de cristal esmerilado: rómpanla y exploto. La vida va a hacerme de las suyas en cada etapa de esta transición. Me siento tan poco lúcida para escribir (o para hablar) sobre lo que está pasando. Sólo siento una emoción loca y suficiente miedo como para no pensar en ello demasiado.

Durante los últimos dos semestres mis profesores han atinado a hablar del deseo desde todo tipo de teorías. Sobretodo Lacanianas. Curiosamente, según ce petit homme, la finalidad no debe de ser alcanzar el objeto de nuestro deseo sino dar vueltas en torno a él; de lo contrario el desencanto es inevitable. El objeto de nuestro deseo habla más sobre nosotros (máquinas deseantes) que sobre sí mismo. Cuando lo alcanzamos suele suceder que lo vemos a la cara sin encontrar lo que esperábamos. Es genial escuchar algo así cuando estás a punto de alcanzar algo por lo que has luchado y construido a lo largo de tres años (un espacio propio, para aquellos que no lo saben). Yo aún espero que Monsieur Lacan se haya equivocado.

Si a Freud se le fueron las cabras con su obsesión fálica y sus fijaciones por doquier (no nos dejó espacio para ser imperfectos. todos mis conocidos que han ido a psicoanálisis andan más conflictuados que redimidos. pero se sienten muy valientes por enfrentarse a sí mismos) ¿por qué creerle a Lacan?

Yo quiero ser feliz en mi cuarto con rayito de sol y cafetera. Aunque ya no pueda tomar mucho café desde que me avisaron que se me están aflojando los empaques. En otras palabras: además de heredar la sonrisa y la inclinación de los ojos, también me diseñaron con una hernia hiatal. Hooray por la genética.

Quisiera escapar. Pero ¿a donde?

Time to count sheep.

Marijó

PSSST: Escuchar hablar hoy a Jorge Volpi me dio tranquilidad. Sí es posible vivir interesado en el genoma humano, los discursos políticos y la escritura de ficción al mismo tiempo. Sólo hay que asegurarse de cuidar las neuronas y leer por kilo. Si además tienes un sentido del humor tan ágil como el suyo, puedes dirigir canal 22.

Untitled.



Pera deliciosa, granulosa, de negras semillas que se dilatan en tus ojos. Amaneciste acurrucada en un hongo, con los rulos en la cabeza y bostezando, antes de ponerte las alas para salir a volar. ¡Cómo coqueteas con las flores, las avispas, las libélulas! Eres criatura maravillosa y extraña, seductoramente natural y fantástica. Te sostiene un equilibrio imposible; desde ahí nos contemplas, tan burdos, con mirada de incrédulos…pero vencidos, hechizados por la magia de tus pupilas absolutas; quedamos prendados de la perfección de tu postura, de la densidad de una silueta que sólo puede pertenecer a quien tiene el privilegio de nacer colgando de la punta de la rama de un árbol.

The ones who dont want to: Lisa Marie



¿Con quién bebes el café, niña de tristes ojos, pubis adormecido y cabellera encendida?

lunes, 15 de octubre de 2007

Damn it

Blogger no acepta imágenes hoy. Será hasta mañana, babies.

Ejercicio

"Donde quiera que esté, dijo mi abuelo, donde quiera demonios que esté, me voy a enojar si no eres escritora." Resulta cómico escucharlo en boca de quien no concibe cielo o infierno (menos purgatorio) como posibilidades, pero sigue siendo igual de conmovedor. Hace tanto tiempo que no sentía esto. Y justo el día en que llegué con palabras en la punta de los dedos, impaciente por poner en papel la tragedia de nunca poder comunicarse por completo con otro ser humano, la comedia de los monólogos alternados, el drama de los encuentros profundos esporádicos. Justo hoy. Pero mi lado "científico" insiste en negar que los eventos en mi vida se acomoden conforme a un plan ya trazado, se resiste a hallarles cierta coherencia entre sí. Al demonio. Hay un abismo entre lo que deberíamos creer, lo que deseamos creer y lo que realmente creemos. En fin.

Necesito escribir pero no por mí (aunque siempre sea para mí) sino por las mujeres de Lisa Yuskavage. Hay que descifrarlas. Se acercan los finales y yo quiero hacer mi trabajo de estética sobre LA SENSUALIDAD FEMENINA en la obra de esta New Yorkina provocadora. Así que voy a empezar a dialogar con ellas en este espacio. Son sólo intentos de abrir un canal de comunicación entre la obra y yo...y todo el que quiera: están invitados. Por eso voy a subir las imágenes junto con mi discurso. A veces será prosa, otras veces notas, quizás poesía alguna vez. Ya se irá dando.

Espero sus comentarios.

miércoles, 3 de octubre de 2007

Biting the red thing. Lisa Yuskavage

Recibidor.

Si por mi fuera, pasaría la vida contemplando. Tendría que cambiar incontables veces de posición observante (me canso facilmente) pero sería feliz. Resulta muy oportuno considerarlo en una de las épocas más ocupadas, caóticas y constantemente reciclables de mi vida; mi proceso de independización. Si se me ha ocurrido es quizá porque la vida me agarra desprevenida en cualquier vuelta de esquina, en cualquier espacio no planeado; sin preguntarme, una multitud de percepciones vienen a habitarme todos lo días; siento la exigencia interior de ser buena anfitriona con ellas, servirles un relato, decirles "bienvenidas". Este blog será su sala de espera, el recibidor de la casa que espero construirme; ellas serán mi recordatorio constante de que para eso, justamente para pasar un buen rato -para servirles mojitos, escuchar sones y reir- es que me pongo el sombrero de albañil y arriesgo mi vida en los andenes. Me estoy construyendo una vida.

El blog no intenta ser un buzón de catarsis, pretende dar albergue a todos los momentos-turista de mi ocupada vida que, a pesar de que las horas de agenda se ponen firmes, hombro con hombro, para impedirles el paso, los momentos-turista se abren paso: vuelan, se les meten entre las piernitas abiertas en forma de V invertida o se limitan a hacerles cosquillas y pasar, de la manera más cínica posible. En fin, les estoy agradecida. Esta tierra, con todo y que se esmera en armarse una política interior, vive del turismo.

No tengo tiempo, ni ganas de ficciones. El frío invierno anticipado ha traído con él suficientes sorpresas de realidad. Me envolvió con aire frío la cara y no pude sino abrir los ojos a lo que me rodeaba. Ahora platico con él, con una taza de chocolate c/Baileys entre manos.